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Es probable que al hablar de Snap, empresa matriz de Snapchat que presentó una oferta pública de venta por 3.000 millones la semana pasada, hayas oído más acerca del director ejecutivo de la compañía Evan Spiegel que de su otro fundador Bobby Murphy. Sin embargo, en tanto de director técnico, Murphy no está siendo menos fundamental para el creciente éxito de su empresa que el mejor conocido director ejecutivo.
Nacido y criado en Berkeley, California, este filipino-estadounidense de 28 años conoció a Spiegel en la Universidad de Stanford mientras estudiaba un grado en matemáticas y ciencias computacionales. Ahora, con Snap a punto de ser lanzado al público en marzo, Murphy está muy cerca de poseer la friolera de 4.000 millones de dólares netos, de acuerdo a Forbes.
A continuación, te contamos cuatro cosas que quizás no sepas de este, dentro de poco, multimillonario:
Gana la mitad de lo que gana Spiegel
Según la declaración S-1 de Snap presentada la semana pasada, Murphy gana 250.000 dólares al año, la mitad de lo que gana Spiegel.
Ahí se dice: “En octubre de 2016, firmamos una carta de oferta enmendada y actualizada con Robert Murphy, nuestro cofundador y director técnico sobre la continuación de su trabajo con nosotros. El salario base anual del señor Murphy el 31 de diciembre de 2016 fue de 250.000 dólares”.
Si bien el salario de Spiegel se verá técnicamente reducido en 1 dólar cuando Snap debute en marzo en la Bolsa de Nueva York ‒con lo cual ambos fundadores dispondrán de un valor neto de 4.000 millones cada uno‒, vale la pena destacar la enorme diferencia en sus salarios.
Él es el genio de la técnica.
Murphy conoció a Spiegel en 2010 cuando ambos pertenecían a la fraternidad Kappa Sigma de la Universidad de Stanford. Comenzó con Snapchat desde el principio, codificando la aplicación, después de fracasar otro proyecto ‒una red social online inspirada en Google Circles‒ en el que estaba involucrado.
“La idea es cambiar la noción sobre qué es una fotografía y usarla como medio de comunicación mediante el reconocimiento de las fotos y vídeos más expresivas”, eso decía Murphy en un intento por explicar a Stephen Colbert durante una poco habitual aparición televisiva en 2013 junto a Spiegel. “Uno siempre lleva una cámara consigo en su smartphone. ¿Por qué no usarla como una forma de comunicarse con amigos y familiares? El aspecto que se pierde es el esfuerzo de recuperar el servicio a la comunicación humana, que es efímera, transitoria y fluida”.
Murphy fue el que encabezó la expansión de Snap desde el punto de vista técnico. A medida que la app evolucionó hasta incluir nuevas funcionalidades, como la realización de pagos, la distribución del contenido, e incluso el hardware, Murphy supervisó la progresiva expansión de la arquitectura back-end de Snap, un proceso que incluía el almacenamiento y el procesamiento de los datos de Snapchat en Google Cloud.
Es una persona equilibrada.
Si Spiegel es conocido por tener algo de temperamento, Murphy tiene reputación de ser muy equilibrado. No solamente es una persona muy comedida, tal y como lo demuestra en las pocas entrevistas que ha concedido a los medios, sino que además uno de los primeros empleados de Snapchat, David Kravitz, explicó a Forbes en enero de 2014 que no recordaba haber visto nunca a Murphy molesto.
“Casi lo describiría como un monje”, dijo Kravitz a la revista.
Vive a 11 calles de la sede de Snapchat
A fines de 2013, Murphy despilfarró 2,1 millones de dólares en una nueva casa en Venice, California, situada solo a 11 calles de la sede de Snap. Diseñada por el arquitecto Larry Scarpa y el artista Randy West, se ha informado que la elegante morada de Murphy cuenta con dos dormitorios, dos baños y medio, patios, balcones y terraza en el techo. No está nada mal, al menos para un Murphy que hace apenas siete años se graduaba en Stanford.
JP Mangalindan
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Finance 14/02/2017